[Noticias desde el Observatorio] BOLETIN 73

Eduardo Fernandez Lajus eflajus en fcaglp.unlp.edu.ar
Jue Oct 16 18:59:51 ART 2003


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                        N  O  T  I  C  I  A  S

                               desde el

            O b s e r v a t o r i o   d e   L a   P l a t a

                        Año 2      Número 73

                    Miércoles 15 de octubre de 2003

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                 Observatorio Astronómico de La Plata
                    1883 - 22 de Noviembre - 2003
               "120 años estudiando el Cielo y la Tierra"
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Temas a compartir:
- China y su primer misión espacial tripulada
- Chandra en los alrededores de una estrella masiva
- El Telescopio Keck II tras las Enanas Marrones
- Lunas de Urano captadas por el Telescopio Espacial Hubble
- Tercera y útlima parte del Discurso del Dr. Jorge Sahade

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CHINA Y SU PRIMER MISIÓN ESPACIAL TRIPULADA

La República comunista de China lanzará su primera misión espacial
tripulada 
entre hoy y el viernes. No se conoce con exactitud el lugar y la hora de 
lanzamiento pero el desierto de Gobi, la provincia china Gansu o una
zona 
cercana a Mongolia serían los posibles lugares de despegue.
El cohete se denomina Shenzhou 5 y tendrá un solo tripulante de los 14 
seleccionados hace varios años; aún no se dio a conocer el nombre del 
"taikonaut" o "yuhangyuan", designaciones chinas para el término
astronauta.

La misión orbitará la Tierra 14 veces en 21 horas en una órbita inicial 
entre los 200 kilómetros y los 350 kilómetros con una inclinación de
unos 
42.4 grados.

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"CHANDRA" EN LOS ALREDEDORES DE UNA ESTRELLA MASIVA

Existe una estrella masiva llamada HD 192163 la cual ha creado a su 
alrededor una nebulosa gaseosa denominada "Crescent Nebula". El
telescopio 
de rayos X Chandra obtuvo espectaculares imágenes de una porción de
dicha 
nebulosa, a la vez que también hay registros ópticos.

Esta estrella tuvo diferentes etapas: se expandió hasta convertirse en
una 
gigante roja y luego comenzó a expulsar parte de sus capas exteriores; 
200.000 años después comenzó a expulsar gas de su zona más interna. La 
fuerza de la colisión de estas eyecciones, crearon dos corrientes, una
hacia 
fuera de la nebulosa que formó una estructura filamentosa verde y otra
hacia 
dentro que formó una burbuja de gas de varios millones de grados de 
temperatura que emite en rayos X (color azul). Dicha emisión se
encuentra en 
la parte más densa de la nebulosa.
HD 192163 explotará como una estrella supernova en unos 100.000 años.
Los astrónomos pueden determinar la masa, composición y energía de la 
nebulosa alrededor de la futura supernova. Se obtendrá así, información
útil 
para conocer acerca las supernovas en general y sus remanentes.

Más información en:
http://chandra.harvard.edu
http://chandra.nasa.gov

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EL TELESCOPIO KECK II TRAS LAS ENANAS MARRONES

Se las considera el vínculo entre los planetas gigantes como Júpiter y 
estrellas pequeñas de poca masa como las enanas rojas. Son las enanas 
marrones que, en este caso, han estado bajo la lupa del astrónomo Ian S. 
McLean y otros colegas, quienes acaban de publicar en "Astrophysical 
Journal" un análisis en infrarrojo de más de 50 enanas marrones. Dicho 
análisis revela su estructura atómica y molecular, cada una diferente de
la 
otra.

Las enanas marrones son estrellas fallidas del tamaño aproximado de
Júpiter, 
con mayor masa pero no la suficiente para ser estrellas. Al igual que
ese 
planeta y nuestro Sol, están compuestas por hidrógeno pero no tienen
-como 
en el caso del Sol- energía interna y casi no emiten luz visible. Se
forman 
por la contracción de gases y polvo del medios interestelar.

Las enanas marrones fueron descubiertas en 1995. Mc Lean dijo que son
muy 
elusivas, difíciles de encontrar aún en infrarrojo, donde mejor se las 
detecta.
Deben estar muy cerca entre sí, a unos 100 años luz para que los
astrónomos 
puedan encontrar señales de calor.

El equipo de astrónomos utilizó el telescopio Keck II de 10 metros de 
diámetro, al cual se adosó un sofisticado instrumento. KecK II está
ubicado 
en Mauna Kea, Hawai y es el telescopio óptico e infrarrojo más grande
del 
mundo.

Muchas enanas marrones han sido identificadas de diferentes maneras y en 
esta oportunidad el trabajo publicado las referencia de una manera
standard.
McLean construyó en 1986 la  primera cámara infrarroja del mundo para
uso 
libre entre astrónomos y de ahí en adelante construyó seis más.
El espectro logrado en aquellas 50 enanas marrones revela datos y
también 
qué cosas están faltando. La presencia de metano en su atmósfera es la
causa 
para que no vean luz visible de las enanas marrones.

Mc Lean sostuvo que "si se encuentran más enanas marrones podrían
brindar 
una pequeña contribución a la materia oscura", tema de punta en la 
astronomía actual.

El trabajo publicado se obtuvo luego de cuatro años de recolección de
datos 
y el estudio de las variaciones de más de 50 espectros de enanas
marrones. 
El próximo paso del equipo es estudiar las formación reciente de enanas 
marrones.

Por último Mc Lean dijo que "la astronomía me motiva pero debo ser a la
vez, 
un poco ingeniero y otro tanto físico porque la tecnología es la llave
de 
los nuevos descubrimientos":

Más información en: http://www2.keck.hawaii.edu/news/brown.html
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LUNAS DE URANO CAPTADAS POR EL TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE

Dos de las más pequeñas lunas del planeta Urano fueron descubiertas a
través 
del telescopio Espacial Hubble. Tienen de 12 a 16 km. de ancho.
Son tan poco brillantes que la nave Voyager 2 -que descubrió en 1986
diez 
pequeños satélites de Urano- no pudo tomarlas. Las nuevas lunas orbitan 
cerca de su planeta.
Además esta nueva observación confirma la presencia de otra pequeña luna
que 
originalmente se habían observado en las imágenes tomadas por la Voyager
2.

Las nuevas lunas para Urano se han designado temporariamente como S/2003
U 1 
y S/2003 U 2. 
S/2003 U 1 orbita entre las lunas Puck, la más grande descubierta por la 
nave Voyager,
y Miranda, la luna más interior de las cinco lunas más grandes de Urano. 
Hasta ahora, los astrónomos creían que ese espacio estaba vacío.

La luna S/2003 U 2, es más pequeña que la anterior y se encuentra entre 
otras 11 lunas uranianas descubiertas en las imágenes captadas por la
misión 
Voyager.

Las lunas más grandes deben estar perturbando gravitacionalmente a las
más 
pequeñas, señalan los astrónomos, y deben entender cómo pueden
coexistir.

Alrededor de la luna Belinda han observado a S/2003 U 2 y a otra muy
pequeña 
descubierta en 1999 por el astrónomo Erich Karkoschka en las imágenes
que 
recolectó el Voyager y luego fue re confirmada por telescopios
terrestres.
Los científicos señalan que no todas las lunas de Urano se formaron con
el 
planeta hace unos cuatro mil millones de años atrás. Las lunas que
orbitan 
cerca de Belinda fueron tal vez, parte de ella hasta que un cometa las 
"expulsó".

Estas lunas son 40 millones de veces más débiles que Urano, se las ve
muy 
oscuras y casi no reflejan luz.
Con las lunas recientemente descubiertas Urano pasa a tener 24 satélites 
naturales.

Más información e imágenes en:
http://hubblesite.org/newscenter/2003/29
http://amesnews.arc.nasa.gov/

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DISCURSO DEL DR. JORGE SAHADE SOBRE LOS 120 AÑOS DEL OBSERVATORIO 
ASTRONÓMICO DE LA PLATA (TERCERA PARTE)

Decidido a ocuparme en serio del proyecto que se me encomendara, lo
primero 
que hice fue escribir a los astrónomos más importantes de distintos
países 
de Europa y de los Estados Unidos para saber qué opinaban de la idea,
qué 
sugerían y cuánto apoyo podíamos encontrar en el exterior. Las
respuestas 
fueron entusiastas y alentadoras. Una de ellas era particularmente
generosa, 
provenía de los Estados Unidos, del Dr. Nicholas (Nick) Mayall, Director
del 
flamante Kitt Peak National Observatory, con sede en Tucson, Arizona,
quien 
nos ofrecía, en forma totalmente gratuita, como obsequio, para que 
pudiéramos hacer construir un instrumento gemelo, si así lo decidíamos,
los 
planos del telescopio de 2,15 metros de diámetro, construido por la
empresa 
Boller & Chivens, de Pasadena, en California, que se había inaugurado
poco 
antes sobre el Cerro Kitt. El costo de los planos sobrepasaba los
100.000 
dólares

Se consiguió, asímismo, información relacionada con los costos de 
telescopios grandes en distintas empresas con antecedentes en la
materia.

En 1959, el Director Cesco me encargó también que organizara una reunión 
astronómica internacional en La
Plata, para el año siguiente, ya que habría fondos a disposición para 
celebrar el sesquicentenario de la Revolución de Mayo. Después de
algunas 
consultas, se me ocurrió organizar un simposio sobre Evolución Estelar e 
invitamos a Otto Struve, a Allan Sandage, a los esposos Burbidge,
Margaret y 
Geoffrey, a Marteen Schmidt, a Halton Arp, a George Herbig, a Olin
Eggen, a 
Leon Mestel, a Guillermo Haro, la crema en materia de evolución estelar
en 
ese entonces. Había aprovechado un viaje a los Estados Unidos con otro 
motivo, para conversar con Struve, Sandage, Schmidt, Greenstein y Herbig 
sobre la posible reunión, al final de la cual, a propuesta de Herbig, se 
adoptó, por unanimidad, una resolución apoyando el proyecto de dotar a
La 
Plata de un telescopio reflector de gran dimensión. De nuestro país, 
participaron en la reunión los esposos Jaschek, Carlos Varsavsky y quien
les 
habla, y asistieron José Luis Sérsic, Jorge Landi Dessy y tal vez
algunas 
personas más cuyos nombres ya no parecen estar en mi memoria.

También, por decisión del Director Cesco, al mismo tiempo que el
Simposio 
sobre Evolución Estelar, se desarrolló una reunión paralela sobre 
Astrometría y Mecánica Celeste, a la cual también asistió Guillermo
Haro, 
además de los astrómetras más destacados del mundo. Los asistentes a
ambas 
reuniones que provenían de los Estados Unidos viajaron a Buenos Aires en
un 
mismo avión, un avión de línea de una empresa norteamericana, que 
seguramente sería un Douglas DC4, que en determinada parte del trayecto 
debió volar a través de una tormenta eléctrica muy intensa. Me contaba 
Struve que, entonces, los astrónomos intercambiaron opiniones sobre qué 
pasaría con la astronomía norteamericana si el avión se venía abajo, y 
habían llegado a la conclusión de que ?la Astrometría desaparecería,
pero la 
Astrofísica perduraría...?. En ocasión de las dos reuniones, nuestra 
Universidad designó a los Profesores Otto Struve y Dirk Brouwer
doctores honoris causa  de la misma. Años más tarde, hizo lo mismo con
el 
Profesor Otto Heckmann, quien era entonces Presidente de la Unión 
Astronómica Internacional.

Todavía en el año 1959, el Proyecto del Gran Telescopio recibió un gran 
apoyo de parte del Consejo Superior de la Universidad, que, en su sesión
del 
7 de octubre de ese año, autorizó una inversión de 70 millones de pesos 
"para la adquisición de un telescopio reflector de 2,00 a 2,50 metros de 
abertura, para su utilización en los focos Cassegrain y coudé".

En el año 60, gestiones del entonces Decano de la Facultad de Ciencias 
Exactas de la Universidad de Buenos Aires, el Dr. Rolando García, habían 
conseguido que el Banco Interamericano de Desarrollo, el BID, otorgara a 
nuestro país un préstamo de diez millones de dólares para el
reequipamiento 
de las Universidades Nacionales, y el Rector de la Universidad de La
Plata, 
que en ese entonces, era el Dr. Danilo Vucetich, quien apoyaba con todo 
entusiasmo al Observatorio y al proyecto del gran telescopio, me designó 
Representante de la Universidad en la Comisión Interuniversitaria que se 
ocuparía de la distribución de dichos fondos. Así fue cómo se consiguió
el 
dinero para financiar la compra del instrumento que hoy está instalado
en El 
Leoncito. Sin embargo, en cierto momento, como no podía ser de otra
manera, 
algunos astrónomos, seguramente celosos de que el nuevo proyecto pudiera 
tener éxito, plantearon como problema  que no podían aceptar que se 
destinara dinero para un nuevo instrumento en desmedro de la actividad 
astronómica existente. Y, entonces, el 10 de julio de 1965 se realizó,
en el 
Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, bajo la presidencia del 
entonces Presidente del Consejo Interuniversitario, el Ing. Eugenio
Virla, 
de quien dependía la Comisión para el Reequipamiento de las
Universidades, 
una reunión para
considerar el problema. A dicha reunión fueron invitados y asistieron
Carlos 
Ulrico Cesco, Miguel Itzigsohn, Carlos Jaschek, Jorge Landi Dessy, José
Luis 
Sérsic, Carlos Varsavsky y Jorge Sahade. En tal ocasión y tras una 
conversación entre el Dr. Varsavsky y el que les habla, se convino, 
labrándose un Acta, en dar luz verde para la utilización de parte de los 
fondos destinados al reequipamiento de la Universidad Nacional de La
Plata 
en la adquisición de un gran telescopio reflector para este
Observatorio.

Para la decisión final de la compra, se llamó a concurso de precios
entre 
cinco empresas, las más importantes en la construcción de telescopios,
de 
cuyos nombres sólo recuerdo tres, Boller & Chivens de los Estados
Unidos, 
Grubb Parsons de Gran Bretaña y Carl Zeiss de Alemania. La oferta más
baja 
provino de Boller & Chivens y a esa empresa se le adjudicó la
construcción 
del instrumento, que sería un duplicado del telescopio de 2,15 m de Kitt 
Peak.

En lo que se refiere al figurado de la óptica, de los discos de pyrex, 
producidos por Corning Glass Company, de los Estados Unidos, habíamos 
pensado en hacerlo aquí, para crear un centro de actividad en Óptica en
La 
Plata, y, para ello, el Observatorio envió a su Jefe del Taller de
Óptica, 
Jorge Simmons, a los Estados Unidos, en una especie de convenio con Kitt 
Peak, para adquirir experiencia en la tarea, e hicimos que la
Universidad 
proyectara y construyera un edificio apropiado, equipado con su 
correspondiente puente grúa, en los terrenos del Observatorio. Sin
embargo, 
el plan, en lo que respecta a Simmons, fracasó porque ?nuestro óptico?
optó 
por quedarse en Kitt Peak y unos años más tarde, en 1968, el entonces 
Rector, Arquitecto Joaquín Rodríguez Saumell, decidido a acelerar la 
concreción del instrumento para la Universidad, destinó los fondos que
se 
requerían para el reenvío de los discos de vidrio a los
Estados Unidos y su figurado en ese país. La tarea fué realizada por la 
empresa Perkin Elmer, que para ese entonces se había convertido en dueña
de 
la ex-Boller and Chivens.

La erogación que significó para la Universidad de La Plata el
instrumento, 
las consolas, los discos de vidrio pyrex y su figurado, alcanza la suma
de 
810.000 dólares, de los cuales 440.000 provinieron del préstamo del BID
para 
el reequipamiento universitario y, el resto, del denominado Fondo 
Universitario. Los 70 millones de pesos que asignaba la Ley 15999/61 al 
proyecto, nunca se hicieron efectivos.

Entre los recuerdos memorables para mí relacionados con el proyecto del
gran 
telescopio de La Plata y que nunca olvidaré dadas las características
del 
mismo, se encuentra el viaje que hice en 1969 de Córdoba a San Juan y 
viceversa en un avión Mauran-Saulnier de entrenamiento de la Fuerza
Aérea 
Argentina, una experiencia extraordinaria y única.

En 1969, ante un cambio de autoridades en el Ministerio de Educación y,
por 
consiguiente, en la Universidad, yo presenté mi renuncia a la Dirección
del 
Observatorio, y el nuevo Director, que volvía a ser otra vez el Dr.
Reynaldo 
Cesco, decidió formar una Comisión que continuara ocupándose del
proyecto 
del telescopio. Dicha Comisión iba a estar integrada por Reynaldo Cesco, 
Carlos Jaschek y Jorge Sahade, pero yo decidí no aceptar de ninguna
manera 
tal designación, a pesar de insistirse en ella, y, desde entonces, quedé 
desvinculado totalmente del proyecto. Como resultado, La Plata se
encontró, 
de pronto, con un telescopio y dos discos de vidrio, figurados, listos
para 
ser instalados en el lugar ya elegido, el cerro bautizado con el nombre
de 
Burek, en El Leoncito, pero faltó alguien con interés suficiente para
lograr 
la concreción de un proyecto que, hasta 1969,
había podido seguir adelante a pesar de los inconvenientes, que, en
nuestro 
país, son más un denominador común que la excepción.

Los contratos de construcción del telescopio y de figurado de la óptica 
habían sido redactados de manera tal que contenían cláusulas que tendían
a 
lograr que se acelerase la construcción de la cúpula para poner el 
telescopio en funcionamiento cuanto antes... pero, evidentemente, esas 
claúsulas no llegaron a preocupar a nadie.

El Proyecto del Gran Telescopio de La Plata quedó, así,  inactivo
durante 
varios años y, por razones que desconozco, en algún momento apareció
entre 
los problemas pendientes de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la
Nación, 
y fue en 1977, en la época en que el Subsecretario del área
correspondiente 
era el Capitán de Navío (R) Ing. Ascensio C. Lara, que el Proyecto
volvió a 
cobrar vida hasta llegar a la inauguración, en 1986, durante la
Secretaría 
del Dr. Manuel Sadosky, en la Presidencia del Dr. Raúl Alfonsín.

En lo que se refiere a la búsqueda de sitios para el emplazamiento del
nuevo 
telescopio, el programa había sido iniciado por el Dr. Carlos Jaschek
con 
Francisco Muñoz y Laurentino Cabrera como operadores. Nosotros, con la
ayuda 
de Fanny Berón Dáviia, analizamos la información meteorológica
disponible 
del país, previo a decidir dónde concentrar las tareas de prospección.
Y, 
finalmente, las observaciones de calidad de imágenes y la toma de datos 
meteorológicos en horas determinadas, se hicieron en puntos
preseleccionados 
de Córdoba, La Rioja, Mendoza, San Luis y San Juan, llegándose a la 
conclusión de que el mejor lugar, de entre todos los analizados, era el 
denominado Cerro Burek, llamado así por el nombre del perro que
acompañaba 
todas las noches al observador. Este cerro está ubicado en El
Leoncito, provincia de San Juan, relativamente cerca de donde se
encuentras 
actualmente emplazado el telescopio de 2,15 metros. En el cerro Burek se
ha 
colocado, hace poco tiempo, un instrumento menor, que la Carnegie 
Institution of Washington tenía instalado en Chile, en el Cerro Las 
Campanas.

En la segunda etapa de la búsqueda de sitios se agregaron, como
operadores, 
Juan Carlos Berneri, Eduardo Rodríguez del Pino, Carlos Ischik y Carlos 
Julio Genco. La conclusión final respecto a la mayor bondad del Cerro
Burek 
fue dictaminada en 1968 por una comisión especial presidida por el Dr. 
Ricardo Platzeck.

Debemos dejar constancia, aquí, una vez más, de nuestro agradecimiento a
los 
entonces Directores de los Observatorios de Cerro Tololo, Dr. Jurgen
Stock, 
y de Córdoba, Dr. Jorge Landi Dessy, por facilitarnos los medios para 
posibilitar el estudio de la calidad de las imágenes. Y, también, todo 
nuestro agradecimiento al Observatorio Félix Aguilar, que puso a nuestra 
disposición la amplia experiencia que habían adquirido en el tema, así
como 
una buena voluntad a toda prueba.

La elección del Cerro Burek implicaba un aumento en los costos del
Proyecto 
porque significaba la construcción de los cinco últimos kilómetros del 
camino de acceso, y entonces llegué a consultar con autoridades del
Ejército 
Argentino para determinar si el cuerpo de Ingenieros Militares podría 
resolvernos el problema. La respuesta fue positiva, pero a un costo de
cinco 
millones de pesos de esa época, que no los teníamos...

Al terminar el Dr. Vucetich su mandato como Rector de la  Universidad -y
me 
place destacar que se trataba de un Rector que no tenía reparos de
ningún 
tipo en llevar bajo el brazo hasta una máquina de escribir a una
dependencia 
alejada, si era necesario, como lo he visto
hacer- el apoyo de la Universidad de La Plata al proyecto del Gran 
Telescopio disminuyó apreciablemente. Entonces, pensamos que la solución 
podría consistir en convertir el proyecto platense en un proyecto
nacional 
ínteruniversitario, en el que participaran todas las Universidades 
Nacionales del país y en ese planteo estábamos cuando en 1968 fue
designado 
Rector de La Plata el Arquitecto Joaquín Rodríguez Saumell, quien
consideró 
que concretar las etapas finales del Proyecto le daría brillo a su
gestión y 
el Proyecto volvió a su cauce original. El resto de la historia ya la he 
contado hace unos minutes, pero permítanme que agregue que el destacado 
matemático Dr. Germán Fernández, que estuvo a cargo del Observatorio a 
comienzos de 1968, fue un factor muy importante en la creación de un
clima 
favorable a nuestro Instituto en el ámbito de la Universidad en esa
época.

Desde luego, muchas personas ayudaron con entusiasmo
al Proyecto del Gran Telescopio de La Plata. En particular, debo
mencionar 
al entonces Secretario Ejecutivo de la División de Ciencias Físicas de
la 
National Academy of Sciences de los Estados Unidos, el Dr. John Sherrard 
Coleman, quien siempre tenía las puertas abiertas para nosotros y con
quien 
llegamos a reunirnos en incontables
oportunidades.

En realidad, el apoyo a nuestro Proyecto era tan grande en los Estados 
Unidos, que hasta me fue posible conseguir allí un subsidio, en el que
no 
intervino el Observatorio, que me permitió adquirir el medidor Grant de 
espectros, que todavía está en uso en la Facultad.

El Observatorio de La Plata no sólo ha sido la institución responsable
de 
que hoy tengamos en El Leoncito por lo menos un telescopio de dos metros 
sirviendo a la comunidad astronómica argentina. También ha tenido
ingerencia 
directa en otros hechos importantes en el desarrollo de la Astronomía en 
nuestro país.

Durante mi gestión como Director del Observatorio, en 1968/9, llegué a
la 
conclusión de que nuestras Universidades no se habían percatado de que 
estábamos viviendo en una nueva era, la era espacial. Decidí, entonces 
pedirles al Dr. José Luis Sérsic, que seguía vinculado al Observatorio
de 
Córdoba, y al Licenciado en Física Horacio Santiago Ghielmetti, Director
del 
Centro Nacional de Radiación Cósmica del CONICET, que funcionaba en la 
Ciudad Universitaria, en Núñez, que proyectaran un Instituto moderno y
ágil, 
que trataríamos de crear vinculado al Observatorio de La Plata y de
poner 
bajo la dirección de Sérsic, que debería tener en cuenta las nuevas 
tendencias de la investigación científica en el área y que iríamos 
estructurando en forma progresiva. El proyecto llegó a prepararse, pero, 
antes de que pudiera avanzarse más en su concreción, la situación en
nuestra 
Universidad cambió de tal manera, que no resultaba razonable seguir
adelante 
con los planes trazados y pareció más racional tratar de transformar el 
Centro Nacional de Radiación Cósmica en un nuevo Instituto cuyas bases 
fueran el plan elaborado por Sérsic y por Ghielmetti. Tras algunos 
esfuerzos, logramos que el CONICET aprobara dicha transformación y que,
en 
1971, creara el Instituto de Astronomía y Física del Espacio, en base al 
plan propuesto, designándoseme primer Director del mismo, ya que el Dr. 
Sérsic había quedado desanimado con lo ocurrido en La Plata. De modo que
la 
institución platense algo tiene que ver con la existencia de un
instituto 
como el IAFE. Y también tiene que ver con el logo del IAFE, que fue
diseñado 
por Jorge Vigiani, lo mismo que el del IAR.

La Plata también tiene que ver, en parte, con la aparición
en escena de la Asociación Argentina de Astronomía.

Cuando regresé al país en 1958, me encontré con que
estaba programada una reunión científica en San Juan para el mes de 
septiembre. Además, que el Dr. Livio Gratton, que era Director en
Córdoba y 
la propiciaba, pensaba proponer la formación del Comité Nacional de 
Astronomía de la Unión Astronómica Internacional con todos los
astrónomos 
participantes. Como yo sabía que esto no podría ser así, aquí en La
Plata 
redacté los posibles Estatutos para una Asociación de Astronomía y en el 
trayecto a San Juan, que lo hicimos en tren, se los mostré a los
compañeros 
de viaje para oír sus sugerencias. En el momento oportuno de la reunión,
el 
Dr. Gratton propuso la constitución del Comité Nacional Argentino de la 
Unión Astronómica Internacional con todos los participantes de la
reunión. 
Mi objeción y la consulta a las publicaciones de la Unión pusieron las
cosas 
en su lugar y se decidió, entonces, crear la Asociación Argentina de 
Astronomía, por un lado, y formar un Comité Nacional Argentino para la
Unión 
Astronómica Internacional, pequeño, como debía ser, por el otro. El Dr. 
Gratton propuso al Dr. Bernhard H. Dawson como primer Presidente de la 
Asociación Argentina de Astronomía y esa propuesta fue aprobada por 
unanimidad. Así comenzó nuestra Asociación, que cumplirá su medio siglo
de 
existencia dentro de cinco años.

Las dos figuras más relevantes en el desarrollo de la Astronomía en
nuestro 
país son, indudablemente, el Presidente Domingo Faustino Sarmiento, que
tuvo 
el coraje de dar el puntapié inicial al establecer en Córdoba, en 1871,
el 
Observatorio Nacional Argentino, y el Ing. Félix Aguilar, que fuera
Director 
del Observatorio de La Plata y pusiera en funcionamiento aquí la primera 
Escuela Superior de Astronomía de América Latina, asegurando, así, la 
continuidad y la supervivencia de la investigación en el área, en
nuestro 
país. La trascendencia de la figura del Ing. Aguilar no ha sido
olvidada. 
Los tres astrónomos platenses que decidieron
crear un Observatorio en San Juan en 1947 tenían siempre presente en sus 
mentes al gran geodesta sanjuanino y designaron con su nombre a la nueva 
institución. En La Plata, la Universidad había designado con el nombre
de 
Félix Aguilar tanto la sala del círculo meridiano como al Observatorio 
Austral en La Leona, provincia de Santa Cruz, otro de sus desvelos.
Quedaba 
aún una deuda de reconocimiento con Aguilar por la puesta en
funcionamiento 
de la Escuela, lo que se cumplió en noviembre de 1968, al realizarse
entre 
nosotros el Coloquio No. 1 de la Unión Astronómica Internacional sobre
The 
Problem of the Variation of the Geographical Coordinates in the Southern 
Hemisphere, en conjunción con la puesta en funcionamiento del Tubo
Cenital 
Fotográfico del Observatorio Naval de Washington en Punta Indio. Como no 
contábamos con un lugar para reuniones, decidimos transformar para tal
fin, 
con intervención de los arquitectos de la Universidad,             el 
matrimonio Fabiano, lo que había sido el comedor de la antigua
residencia 
del Director. Y, por iniciativa del joven egresado Dr. Carlos Lavagnino, 
caracterizamos a dicha sala con el nombre del Ing. Félix Aguilar, 
descubriéndose una placa conmemorativa diseñada por el Profesor Rubén 
Elosegui de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad, que
aún 
hoy está en el lugar, si bien la sala ha sido destinada a otro uso. Como 
decíamos al inaugurar ese Coloquio, la placa ?recordará al telescopio 
cenital Wanschaff que, desde 1905 hasta la fecha, ha sido el instrumento 
utilizado para  concretar la contribución argentina al estudio del 
movimiento de los polos?. También se descubrió un busto del Ing. Aguilar
que 
ahora está ubicado en lo que era el aula de la Escuela en mi época y hoy
es 
la antesala oeste del actual salón de actos de la Facultad. En lo que se 
refiere a las butacas, según me lo recordó el Dr. Juan Carlos Forte,
ellas 
fueron conseguidas en Buenos Aires por otro egresado de la Escuela, el
Dr. 
Pedro Carlos Riú, sin que ello significara erogación alguna ni para el 
Observatorio ni para la Universidad.

El Observatorio y la Escuela se han ido transformando con el tiempo,
siempre 
tendiendo a lograr una mayor jerarquía y, por consiguiente, un mayor 
reconocimiento del mundo científico y de la sociedad. Y, así, desde
1948, la 
Escuela separó los estudios de Astronomía y de Geofísica, como debía
ser, y, 
desde 1983, la Institución se ha transformado en Facultad, la Facultad
de 
Ciencias  Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La
Plata. 
Con tanta gente joven y dinámica interesada en la Astronomía y en la 
Geofísica como se advierte en los últimos tiempos, no se puede esperar
sino 
que el futuro de nuestra Institución esté cuajado de nuevos logros y 
progresos que le darán cada vez más y más trascendencia y jerarquía.

Ahora bien, estamos viviendo momentos difíciles en nuestro país,
difíciles 
desde el punto de vista económico, social y político, y desde luego, en
el 
campo de la Astronomía. En nuestro campo de actividad, en los últimos
pocos 
años han ocurrido cambios enormes y trascendentes en el número de
personas 
que se dedican a nuestra ciencia, en las posibilidades instrumentales,
en la 
manera y métodos de recoger la información,  elaborarla y aún
almacenarla y 
difundirla... Y cada día, los objetivos son más y más ambiciosos, desde
que 
el Observatorio Europeo Austral comenzara a tomar vuelo con el proyecto,
ya 
realidad, que nace con el Director Woltjer, de cuatro telescopios de
ocho 
metros de diámetro, con ópticas activas y una amplia utilización de
técnicas 
de interferometría. Se ha llegado ya al Proyecto ALMA, que es un
proyecto 
casi mundial de gran envergadura, en el que participan el Observatorio 
Europeo Austral, es decir, los diez países de Europa que lo integran, 
Estados Unidos y Canadá y España, a los que se agregará Japón. Costará
unos 
650 millones de euros y estará concluido en el año 2011,... y ya se
están 
dando los pasos para la construcción de telescopios segmentados de 30
metros 
de diámetro y se está pensando hasta en instrumentos de 100 metros de 
diámetro...

Ante esa realidad de la cual no podemos participar, por lo menos por
ahora, 
sino en forma limitada, a través de trabajos en cooperación, por
ejemplo, 
porque las posibilidades de conseguir tiempo de observación en los 
instrumentos más grandes irán disminuyendo con el tiempo, ¿cómo
deberíamos 
encarar nuestro futuro?

Creo que la primera respuesta es apuntar a una dinámica cuyo objetivo
sea la 
excelencia en la preparación de los estudiantes y en la labor de 
investigación, a través del establecimiento y mantenimiento de contactos 
estrechos con centros avanzados del exterior, al ofrecimiento de cursos 
especiales dictados por especialistas de jerarquía, mediante
conferencias 
invitadas y comunicación constante con el exterior. Por otra parte, la 
Universidad debería poner en vigencia nuevamen-te, quizás con algunas 
variantes, el Programa de Becas al Exterior para los mejores egresados
de 
cada año.

La parte económica que implica la primera parte de la sugerencia podría 
talvez resolverse mediante convenios con Fundaciones y/o Embajadas, que 
permitan superar los problemas económicos actuales. Por otra parte, el
flujo 
de científicos de distinto origen que viajan a Chile para realizar 
observaciones en los centros de avanzada que allí se han establecido, 
permite cursar invitaciones que implicarían costos del rubro viajes 
relativamente bajos.

Mi segunda recomendación sería que el Instituto         debería intentar 
convertirse en un centro líder en determinados temas de investigación.

Todo lo que acabo de decir es aún más válido hoy en que
el Observatorio Virtual está a la vuelta de la esquina. Y,         por
otra 
parte, la presencia de astrónomos de Australia y         de México en el 
Grupo Científico de Trabajo (SWG, en         inglés) del Telescopio
Gigante 
de Espejo Segmentado         (GSMT, en inglés) que existe en los Estados 
Unidos,         muestra a las claras las ventajas y la necesidad de
la       
   excelencia y de la interrelación.

Hace varios años, en una reunión organizada por el Centro de Graduados
con 
el propósito de discutir objetivos y rumbos de este Observatorio, dije
que 
uno de nuestros males era la tendencia general de nuestros egresados, y
esto 
es válido para todo el país, de tratar de permanecer siempre vinculados
a la 
institución donde realizaron sus estudios. Creo que se trata de una
práctica 
muy nuestra que puede tener su lógica en el hecho de que el país no
dispone 
aún de un número grande de instituciones dedicadas a la investigación 
astronómica, pero que no ayuda al logro de una superación permanente en 
objetivos y realizaciones.

Con respecto al problema de la participación o no en proyectos de 
telescopios de dimensiones apreciables, quisiera enfatizar, como lo he
hecho 
en otras oportunidades y circunstancias, que existen problemas en
Astronomía 
que requieren para su solución o mejor comprensión, observaciones 
continuadas durante cierto tiempo o con una cierta frecuencia de objetos
o 
tipos de objetos apropiados, lo que es totalmente imposible conseguir en
los 
grandes telescopios, y sería bueno ir pensando en telescopios,
compartidos 
si fuere necesario, de dimensiones adecuadas y dedicados a intentar 
solucionar determinados tipos de problemas.

Hace ya unos cuantos años que propuse la idea de que
era deseable la creación, o tender a la creación, de un Centro Nacional
de 
Desarrollos Tecnológicos para la Astronomía, y sigo pensando que ello es 
así. Hasta el momento, nada se ha hecho en ese sentido, pero desarrollos 
nacionales en el área, además de los beneficios obvios, podrían llegar a 
abrir incluso la puerta para participar en los grandes proyectos que 
caracterizan a nuestra época.

Y, finalmente, yo diría que los astrónomos argentinos deberían coadyuvar
a 
la creación de una conciencia latinoamericana que propenda a unir
esfuerzos 
y crear futuros grandes emprendimientos como lo lograron los europeos, 
aunque fueren relativamen-te modestos al principio. Ésta es una tarea 
prolongada y de paciencia. En Europa, la creación del Observatorio
Europeo 
Austral llevó un buen número de años, a pesar de la talla de los
científicos 
que la maduraron, Oort, Heckmann, Fehrenbach, Minnaert, entre otros.

Desde luego, nuevos tiempos seguramente plantean nuevos desafíos y
nuevas 
maneras de encarar los problemas. Y, aquí, nuevamente, la excelencia
resulta 
crucial.

Pienso que un aniversario como el que se celebra este año ofrece una 
oportunidad magnífica para hacer un alto en la jornada y no sólo
recordar lo 
ya acontecido, sino, además, discurrir acerca de la mejor manera de  
enfrentar el futuro. Naturalmente, otros colegas pueden tener otras
ideas...

Debo terminar aquí porque ya he abusado de la paciencia que tenían
ustedes 
cuando ingresaron a este recinto. Me pareció oportuno aprovechar esta 
oportunidad que se me brindaba para llenar algunos claros en el
conocimiento 
de lo que ocurrió en el ámbito de la actual Facultad de
Ciencias Astronómicas y Geofísicas en los años en que tuvimos alguna 
responsabilidad sobre nuestras espaldas y hacer algunas disquisiciones 
propias de mi edad. He vivido momentos de todo tipo durante mi paso por
el 
Observatorio... Fueron años activos, que depararon muchas alegrías y
también 
muchos sinsabores... Pero,  valió la pena...

Aunque los tiempos actuales sean más difíciles, no dudo de que este alto
en 
la jornada servirá para mirar hacia adelante y planear iniciativas y 
estrategias con miras a un futuro de mayor superación, tan pleno de 
realizaciones, de realidades, como ha sido hasta ahora. Nada más y
muchas 
gracias.


Jorge Sahade
22-IX-2003

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