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Categoría: Otros --> ¿Cómo enseñar astronomía?
pregunta formulada en la web por:
Miguel Padilla (miquelpadilla@hotmail.com) el Martes, Enero 14, 2003 a las
13:48:22
Pregunta:
¿Es más correcto enseñar Astronomía (por ejemplo todo lo que se
refiere al sistema Sol-Tierra-Luna) desde un punto de vista geocéntrico, aun al
realizarse una revisión historica previa al tema se descarta el modelo
geocéntrico en favor del heliocéntrico del Sistema Solar?
Es decir:
- ¿Qué modelo es mejor para la enseñanza de la Astronomía a simple vista,
uno geocéntrico (o de dos esferas) o más bien uno heliocéntrico (observador
externo al sistema)?
Esto lo pregunto porque si inicialmente realizas una revisión histórica y
llegas a la conclusión de que el modelo geocéntrico de Ptolomeo no es
válido, si a continuación utilizas la Tierra estática y es el resto de
cuerpos celestes los que se mueven para explicar, por ejemplo, la duración
de los días y las noches según la latitud, o los movimientos aparentes de
las estrellas, ¿no les produciría una contradicción a los alumnos?
Respecto a su pregunta, debería contextualizarse el término de enseñanza de la
Astronomía.
En el marco de la educación formal, el tratamiento de esos temas está
debidamente planificados
en los contenidos y lineamientos curriculares del sistema educativo oficial
Argentino, a pesar de
que la Astronomía no constituye un tópico específico, sino que está comprendida
dentro del área
de las Ciencias Naturales.
Si nos vamos al ámbito de la educación informal y no formal, tampoco debemos
dejar de tener en
cuenta cual es la realidad de las cosas. En primer lugar el modelo Ptolemaico
ha sido refutado y
reemplazado por el modelo Copernicano hace ya más de 400 años. Eso ya no es
tema de discusión
científica. En este modelo, la Tierra y los planetas se trasladan alrededor del
Sol el cual constituía
el centro del Universo (hoy sabemos que esto último no es cierto ni mucho
menos). Por supuesto
el sistema Copernicano fue perfeccionandose con el avance de las observaciones
y de nuevas
explicaciones científicas, pero en esencia es el sistema Copernicano la base de
lo actualmente
aceptado. También sabemos que la Tierra y los demás planetas están animados por
movimientos
de rotación.
Ahora si tenemos en cuenta que como observadores ubicados sobre la superficie
de la Tierra,
y por un mero efecto de relatividad, nos parece apreciar que es el Sol el que
se mueve diariamente
por el cielo y se desplaza a lo largo del año por las distintas constelaciones
zoodiacales. Determinar
por la simple observación que no es el Sol sino nosotros los que nos movemos no
es algo trivial
y por ello el sistema Ptolemaico ha perdurado durante todo el mundo antiguo
hasta la edad media.
Es un claro ejemplo de una teoría por la cual todas las evidencias la
corroboran, hasta que se encuentra
una nueva teoría capaz de mejorarla. Por ello, es que aún se la enseña como un
ejemplo del desarrollo
del conocimiento.
Entonces, no debemos dejar de tener en cuenta cual es el estado del
conocimiento actual.
Enseñar el modelo de Ptolomeo sólo debería tener propósitos pedagógicos y
epistemológicos,
pero no para la enseñanza misma de los contenidos científicos.
Los astrónomos utilizan el concepto de esfera celeste, en cuyo centro se
encuentra el observador,
para el posicionamiento de los astros desde la Tierra. Como la Tierra y por
tanto el observador
se encuentra en movimiento, éste percibe el movimiento relativo o aparente de
los astros a lo
largo del día y del año, lo cual no significa que los alumnos deban entenderlo
como un movimiento
absoluto de los mismos (aunque no debemos olvidar que los astros de por sí,
incluyendo a las estrellas
también tienen sus movimientos propios). Es una manera práctica de orientarse y
posicionar a los
astros, y de estudiar sus moviemientos, pero no debe perderse de vista la
esencia del asunto.
Debe enseñarse claramente que en ese caso la Tierra funciona como un sistema de
referencia.
Que los elementos de la esfera celeste y los movimientos aparentes de los
astros son sólo un
efecto de apreciación relativa de la composición de los movimientos de la
Tierra y el observador
ubicado en ella. No debería producir contradicción en los alumnos si la
enseñanza de estos temas se
realiza integralmente.
En lo que se refiere a explicar la dependencia de la duración de los días y las
noches con la latitud,
no es más que un efecto geométrico producido porque, al variar la latitud, se
altera el ángulo desde
el cual se observa al Sol. La explicación de las variaciones estacionales en la
duración del día y la
noche para un observador ubicado en una determinada latitud geográfica, no
puede independizarse
del movimiento real de traslación de la Tierra alrededor del Sol y de que el
eje de rotación terrestre,
o equivalentemente el plano del ecuador, está inclinado unos 23.5 grados
respecto al plano de
traslación, generando variaciones anuales de la posición del Sol.
Por supuesto, estos temas no pueden ser entendidos por niños pequeños, cuyos
marcos de referencia
espacial (y temporal) están reducidos hasta unos pocos metros de su entorno y
no pueden tener una
clara comprensión de lo que ocurre más allá. A medida que van creciendo, su
desarrollo intelectual les va
permitiendo ampliar su horizonte e ir adoptando sistemas de referencia más
complejos.
Espero que esta respuesta le sea de utilidad y no deje de plantearnos cualquier
inquietud.
Eduardo Fernández Lajús
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