El famoso buen uso gramatical
Una persona respetuosa de la Gramática jamás
incurriría en una frase como "Hoy hacen, señor, según
mi cuenta; un mes y cuatro días...". Esta bárbara falta de
concordancia, esta conversión de acusativo en sujeto, es un indicio
de mala educación gramatical. Aunque tal vez pueda ser un indicio
del desdén que Cervantes tenía por los pedantes.
Tratándose de ese autor, la mayor parte de los preceptores
se pondrán, o se habrán puesto ya -la lectura de gramáticas
no es mi pasión-, a buscarle alguna justificación lógica
o editorial. Y, en última instancia, no faltará quien eleve
esa falta al rango de excepción aconsejada por "el buen uso". Ese
célebre buen uso, tan fácil de percibir unos cuantos siglos
después, cuando se tienen todas las garantías de que ese
aventurero que escribía en la cárcel era un genio literario.
Porque con las incorrecciones gramaticales pasa como con
los golpes de Estado: si sus ejecutantes fracasan el golpe es titulado
"siniestra intentona" y sus jefes calificados de "bandoleros"; pero si
triunfan, señala una fecha histórica y sus jefes se convierten
en héroes y modelos patrióticos que deben ser imitados.