Le decían "el Chueco" y había nacido en Balcarce. Para él, la velocidad no tenía secretos: se consagró cinco veces campeón del mundo de Fórmula 1.
Ahí está Fangio a bordo del Mercedes Benz W196 "Silberpfeilen", el "Flecha de Plata". Con él debutó y triunfó el 4 de julio de 1954 en el Grand Prix de Francia, en Reims. Después obtuvo siete victorias más y los campeonatos del mundo de 1954 y 1955. En la foto, el auto está "carenado", es decir, le han puesto guardabarros. El sistema no era el preferido por "El Chueco" ya que no le permitía ver con exactitud hacia dónde apuntaban las ruedas. Sin embargo, después de la primera carrera, Fangio se entusiasmó: "Es un vehículo sensacional y perfecto, aquel con el cual un piloto ha soñado en manejar toda su vida". El "Flecha de Plata" tenía un motor de 8 cilindros en línea, caja de cinco velocidades, pesaba 700 kilos y una velocidad máxima de 300 km/h. El auto descansa como un héroe en el museo que la casa automotriz Mercedes Benz abre al público en Stuttgart, Alemania. Sin embargo, la foto que se ha convertido en la representación más cabal del corredor no viaja sobre cuatro frenéticas ruedas. La imagen de autor no identificado detiene a Fangio y su casco como un gladiador que vuelve de la lucha, con el rostro cansado pero satisfecho. El casco fue para todos los corredores de esa época casi la única protección en esos autos que eran puro peligro. Rodeados de combustible, ellos manejaban sin traje antiflama, con apenas una camisa y un pantalón ajustado con elástico marca Suixtil.
La imagen no se detuvo en las tapas de diarios y revistas, también llegó a ser estampilla. Se emitió el 4 de mayo de 1991 y consistía en cuatro dibujos, donde aparecía junto a Juan Manuel Bordeu, Carlos Reutemann y los hermanos Oscar y Juan Gálvez. Fueron realizados por Carlos Quaglia, un diseñador de filatelia que trabajó en el correo. Quaglia no fue invitado a la fiesta de lanzamiento y se entristeció por el desaire. El director de la por entonces Empresa Nacional de Correo y Telecomunicaciones le pidió disculpas, pero lo que le devolvió la alegría fue un llamado del mismo Chueco. "No sólo me pidió disculpas sino que me felicitó por el trabajo, dijo que le había encantado", cuenta Quaglia. Por encima de toda pequeñez, el corredor se bajó de su auto para seguir siendo un gran hombre. El correo volvió a rendirle homenaje en 1995, cuando falleció, con la publicación de un "entero": una tarjeta postal con la misma imagen del corredor y su glorioso "Flecha de Plata". Publicado en la revista Viva, el domingo 14 de marzo de 1999. |